Copihue

(Lapageria rosea)

Introducción

El Copihue (Lapageria rosea) es una planta trepadora endémica de Chile y es conocida por ser la flor nacional del país. Pertenece a la familia Philesiaceae y es valorada por su belleza y su simbolismo cultural.

Características

El copihue es una liana perenne que puede alcanzar hasta 10 metros de longitud. Sus hojas son coriáceas, de color verde oscuro, de forma ovalada a elíptica y con una textura brillante. Las flores, que son la característica más distintiva de la planta, son grandes, acampanadas y presentan un color que varía del rosa al rojo intenso, aunque también existen variedades blancas. Las flores del copihue son hermafroditas, con seis tépalos y estambres prominentes.

Fotografía: Francisco Gamboa

La preservación del copihue es esencial no solo por su valor ecológico sino también por su importancia cultural en Chile. Asegurar la supervivencia de esta emblemática planta requiere de acciones de conservación efectivas y una mayor conciencia sobre su importancia y vulnerabilidad.

Distribución y Hábitat

El copihue se encuentra principalmente en la zona centro-sur de Chile, desde la Región del Maule hasta la Región de Los Lagos. Crece en bosques templados y húmedos, preferentemente en áreas sombreadas y con suelos ricos en materia orgánica y bien drenados. Es una especie que prospera en el sotobosque de los bosques siempre verdes y en áreas de alta humedad.

Grado de Amenaza

Vulnerable

El copihue está clasificado como una especie vulnerable debido a la pérdida y fragmentación de su hábitat natural, así como a la sobreexplotación de sus flores y raíces. La recolección indiscriminada y el cambio de uso del suelo, especialmente la deforestación para la agricultura y la expansión urbana, han reducido significativamente sus poblaciones naturales.

Importancia Ecológica y Conservación

El copihue juega un rol importante en su ecosistema, ofreciendo alimento y refugio a diversas especies de fauna, incluyendo insectos polinizadores. Es fundamental en la cultura chilena y tiene un valor ornamental considerable. Para su conservación, es crucial implementar medidas que protejan sus hábitats naturales y promuevan su cultivo sostenible. Existen esfuerzos de conservación tanto in situ como ex situ, incluyendo jardines botánicos y programas de reforestación.